domingo, 4 de julio de 2010

Me dejó callado...

Nunca me voy a olvidar el día en que en conferencia de prensa se anunciaba a Diego Armando Maradona como director técnico de la selección después de la salida de la poco exitosa era Alfio "Coco" Basile. El mismo Diego Armando Maradona que nos hizo brillar ante el mundo en el '86 levantando la copa y en el '90 llegando ...a esa final que nos dejó gusto a poco. Y el mismo jugador que se cortó las piernas con el anti dopping positivo, que nos dejó con un pie y medio fuera del mundial '94. Ese mismo que se drogó y que estubo apunto de estirar las gambas más de una vez. Nunca antes había insultado tanto a Maradona, me parecía incomprensible que ese cargo, que debía de ser ejemplo para 23 jugadores y 40 millones de hinchas (Argentina vive el fútbol a flor de piel, demasiado para mi gusto a veces), lo ocupara él.




Así llegaron los primeros partidos de la era Maradoniana, un verdadero desastre. Veintitrés maravillosos jugadores que entre todos no podían hacer un puto equipo. Así llegamos al Mundial, com más suerte que técnica. Llovían las críticas para el equipo de Maradona. Mis augurios predecían que octavos de final el Diego los veía en el sillón de su casa.



El primer partido contra Nigeria, y a pesar de que muchos argentinos daban por cantada una desastrosa actuación del equipo de la AFA, entre ellos yo, siempre un poco de esperanza quedó. Y así fue como el Sr. Diego Armando Maradona, secundado siempre por Enrique y Mancuso, me hizo comer los mocos. Si señores, me sorprendieron ampliamente, como a toda la Argentina.



Así fuimos venciendo hasta llegar a cuartos de final, en el cual no hace falta revivir el carma, perdimos amplia y justamente con los alemanes. Por todo esto que relato es que me parece que ni yo ni ningún argentino puede tener el tupé de descalificar verbalmente la tarea de los 23 jugadores ni del cuerpo técnico y que ninguno de los que llevaron el escudo de la AFA en el pecho durante la estadía en Sudáfrica merece ser muy criticado. ¿Hubo errores? Pero, por supuesto, sino no nos estaríamos volviendo. Pero, ¿qué más da? Este equipo; integrado en partes iguales por Diego, Mancuso, Enrique, Diego Pozo, Bilardo, Messi, Higuaín, Samuel, Verón, Masche, Otamendi y toda la comitiva; hizo latir los corazones FUBOLEROS (si, fuboleros) de cada uno de los argentinos, trajo la pasión a los hogares nuevamente. Detrás de cada cabezeada de Heinze, de cada gol del pipita, de cada jugada de Messi, de cada grito del Apache había 40.000.000 de latidos. Esos 40 millones de latidos aún hacen vibrar el suelo argentino, que a pesar de todo, no está tistre por la derrota, sino que está orgulloso del equipo caballero y majestuoso que nos representó en Sudáfrica.

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